Peligros de la red

 

Hoy estoy creativamente juguetona.
Tengo una par de fotos mías subiditas de tono que quiero  retocar con el Photoshop. Lo hago para que resulten más artísticas y también  para sacarme unos cuantos pliegues del cuerpo, que más que una mujer parezco un "Shar pei".
Por otro parte  hacer eso entraña su riesgo. Utilizar este tipo de programas en casa es un poco peligroso. A la que te descuidas te encuentras en camisón en el papel tapiz del ordenador.
Ahora recuerdo una vez que aparecí en pelotas y con la mascarilla en el pelo (por suerte no llevaba los rulos puestos) ante un amigo de mi hijo. Menos mal que es casi como de la familia,  porque aún se está reponiendo ahora  el cabroncete, de la sorpresa y del ataque de risa que le entró. Y todo, porque mi hijo le estaba enseñando una coreografía por la web cam y se fue a mear. Y ahí llego yo, toda glamourosa a coger un CD y a perder por completo mi intimidad y  a la vez mi dignidad.
Siguiendo con el tema de  las fotos deciros  que ensayando poses para la camara, me dejé las cervicales hechas un gurrucho. Que mi quiropráctico en esa época estuvo encantado conmigo. Que se hizo un jacuzzi a mi costa y aún  porque lo de las fotos duró poco, qué si continúo posando  el tío monta un spa.
Por cierto las fotos no eran para enviárselas a  ningún  príncipe azul sino más bien  para un lobo feroz.
Esa idea descabellada fue por recomendación de mi amiga Caperucita,  que me aconsejó;
- Sara prueba un lobo, y adéntrate sola en la red, que si encuentras un buen licántropo, te morirás  porque te coma-.

Y así fue. A pedazos estoy ahora.

- Demonios!  Que peligros tiene la red!.