¡Yo, a éstos, los mato!
¡Dios! El tranquimazin de la mañana no me relaja, igual el jodido ha caducado y ya no hace ningún efecto, porque últimamente estoy de los nervios.
Son las 10 de la mañana y la rubia de mi superiora ya me ha dado unas treinta y seis órdenes, consecutivas, conmutativas, alternativas y “com-puterías”
Hostias ! Maldita la hora en que le dije al jefe que no aceptaba el puesto que me ofrecía, que por lo visto no era otro que ejercer de Pitbull, por lo mucho que se ladra.
Recuerdo que mi superior se quejaba de que no me estaba desarrollando.
Iluso! Mi etapa de desarrollo fue tan corta que aún no me han crecido las tetas y mi altura no pasa del metro sesenta y cinco. Como para crecer ahora!, que con 50 y pico de años aún no lo ha conseguido ni el Fary. Me dijo además, que aspirase a cosas mejores… ¡Pero si Brad Pitt, y Clive Owen ya están pillados!
Me recomendó que ampliara horizontes y que mis metas fueran mayores. Este tío no sabe lo que se dice! Si yo soy, de las que doy dos vueltas a la manzana corriendo y dejo trocitos de pulmón en el suelo, ¡como para dirigirme al infinito! Aunque en lo de la meta le doy la razón, el punto de llegada ha de ser bien grande, no vaya a ser que la miopía no me deje verlo. Además acostumbra a ser el puesto de avituallamiento y eso no conviene perdérselo.
Ahora que con paso de marcha, no me gana nadie. Voy de un lado a otro de la oficina atendiendo requerimientos, dentro de poco le hago una trinchera de tanto pasar por el mismo trayecto. Mesa- despacho-cafetería y vuelta a mi asiento.
En consecuencia por la noche estoy tan cansada que creo que más que dormir, lo que hago es perder el conocimiento. Ya ni la crema de las arrugas me echo, dentro de un tiempo más que una mujer voy a parecer un Shar-pei.
En fin, me he cogido unos minutos de asueto, antes de que…
Me cago en tó!!! Ya me llaman.
Marta! Trae aquellos papeles de allí!
¿¿¿¿¿¿ Eing????????
Lo dicho. Los mato. Voy a afilar el lápiz… o quizá con el abrecartas… Mmmmm.
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